Cuál es la realidad
y el mito del Príncipe azul
He leído tantos
cuentesitos sobre el príncipe azul a lo largo de mi vida. Unos irónicos, otros
graciosos y algunos más aconsejando la forma de encontrar el príncipe azul de
los sueños de toda mujer.
Pero la
experiencia de la vida me ha enseñado que los príncipes azules solo están en la
imaginación de las mujeres que sueñan con el dichoso príncipe.
El príncipe azul
de algunas es aquel del cual están enamoradas y que gracias a ese deseo que
tienen en su corazón de ser amadas y deseadas, en su mente lo adornan con
cualidades inexistentes, engañándose totalmente. Y si por causalidades llegan a
realizar ese deseo terminan estrellándose en la realidad de un hombre común y
corriente.
Para otras
el príncipe azul nunca llega y van de una relación a otra, de desilusión en desilusión para terminar conformándose
con el menos conveniente.
Hay algunas
mujeres que idealizan tanto a su príncipe azul, que no encuentran uno que
remplace a su papa. Terminan conquistando el corazón de un hombre mayor que lo
reemplace en su vida, para que les de el cariño y consentimiento que se le da a una niña.
Para las
mujeres felizmente casadas con el hombre que aman y que llena las expectativas
de sus vidas, no hay necesidad de pensar en un príncipe azul como tal. Pero quizás
le guste soñar y admirar príncipes reales del mundo natural, creyendo todas las
mentiras que cuentan sobre ellos y su fabulosa perfección publica, que muestran
en las revistas más famosas y autorizadas para publicar los apartes más felices
y relevantes en el oficio que por nacimiento y herencia les toca representar.
Todo el
boato y elegancia en el vestir, los sitios a los que asisten y muchas cosas más, alientan al común de las mujeres para pensar una cantidad de despropósitos a raíz
de toda esa novelería que envuelve a los reyes, príncipes y mujeres sin corona
que alcanzan ese lugar de privilegio como esposa de uno de ellos.
Debemos
mantener la cabeza sobre los hombros y los pies sobre la tierra a la hora de
tener una relación con un hombre que en apariencia se parezca a ese príncipe azul
con el que tanto se soñó. Antes de dar un paso decisivo en una relación, de
comprometernos con ese hombre, las mujeres debemos cerciorarnos de todas esas
cosas que prometen y quieren dar. Recordemos el proverbio popular que dice: “No
todo lo que brilla es oro”.
Asegúrate que el brillo de la sonrisa sea sincero, que no tenga dos más aparte de ti, principalmente que sea honesto y que sea la verdadera realidad de su vida lo que te muestra, no sea que con el paso del tiempo descubras engaños y argucias para atraparte y termines por aborrecerlo.
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