Conflictos de pareja

Los conflictos y la salud en las relaciones de pareja

Todos conocemos la palabra conflicto y de acuerdo a la gravedad del conflicto así es la reacción de los que intervienen en el conflicto. Debemos tener en cuenta que el conflicto esta, ha estado y estará presente siempre en la vida de cada uno.

Por todas estas cosas son muy importantes los conflictos en la relación de pareja, incluido la frecuencia de estos conflictos, las discusiones, peleas o luchas que hay a raíz de él. La relación de pareja influye en la vida de esas personas que comparten una unión y casi todo lo que tienen, aunque las metas de cada uno sean diferentes, y muchas otras cosas que se deben enfrentar para poder mantener el equilibrio y una unión sana emocionalmente.


Pero para que haya un conflicto muchas veces hay otras causas ocultas y en ocasiones profundas, que se provocan de forma inconsciente o quizás conscientemente, de acuerdo a estas cosas será más o menos grave.

El conflicto cuando se puede manejar es bueno, porque muestra lo que no funciona bien en la relación, ayuda a cambiar la situación y ayuda al crecimiento de la relación.
Cuando este conflicto no se resuelve y confundimos el poder con las metas, y esto sucede cuando las motivaciones son distintas, cada uno quiere que el otro haga lo que uno quiere y después se olvidan de que fue el motivo de la discusión y comienzan a pelear por otras razones que aparentemente no vienen al caso.


Es cuando aparecen las conductas que delatan el comportamiento de uno y otro, ya la rivalidad deja de ser las metas y comienzan a mostrar el poder que tiene uno sobre el otro. Y en muchas situaciones todos tenemos conflictos para obtener poder.
La situación se va convirtiendo poco a poco en más grave cuando una de las dos partes siempre quiere salirse y se salen con la suya.

Hay parejas que como decimos popularmente se llevan como perros y gatos, cada vez que estamos con ellos o los vemos tienen una discusión, siempre las mismas discusiones, los mismos problemas, las mismas manipulaciones…   Y parece que cada uno está protegiendo su derecho a su propio espacio individual.

Constantemente discuten por banalidades que lo único que hacen es ir deteriorando la relación, ya no hay confianza, la intimidad queda en el pasado y solo viven para reprocharse el uno al otro cosas y parece que lo que los uniera son las disputas y contiendas continuas, en vez del amor.

Pero cuando las personas crecen espiritualmente en madurez y comienzan a negociar las metas que tiene cada uno, sin quedarse en una posición de poder sobre la otra persona, también la relación va a crecer equilibradamente, fortalecida y el fruto va a ser muy abundante porque se reflejara en la vida profesional, personal, amorosa y en la plenitud de los hijos.

Ambos se sentirán seguros, cada día van a descubrir nuevas cosas que compartir y se disfrutaran muchos aspectos de la relación y los hijos van a crecer en un buen hogar donde enfrentaran los reveses de la vida con un mejor ánimo.

¿Analiza tu relación de pareja?¿Te has dado cuenta con cuanta frecuencia tienes desavenencias profundas con tu pareja? ¿Cómo haces o que has pensado hacer para recuperar la frescura y vigor de la relación?

No es un deber únicamente de una sola parte de la pareja, ambos tienen el deber de afrontar los conflictos y juntos encontrar nuevas soluciones.

Canasta de huevos emocional

¿Estas guardando todos los huevos en la misma canasta?

Muchas veces las expectativas de las personas especialmente de una de aquellas dos en una pareja,  tienen pensamientos muy firmes en la relación que mantienen con aquella  persona con la que comparten una relación, generalmente las más confiadas emocional y financieramente son las mujeres.

¿Estas cometiendo el error de poner todos los huevos en una sola canasta?

Esta es una pregunta que se deben hacer todas aquellas personas que sin hablar o hablando con la pareja, se adaptan o acomodan demasiadas esperanzas en la relación. Terminan apartando los demás afectos, sin darse cuenta que una pareja no es muchas veces una relación de familia o conyugal hasta que la muerte los separe como pensaron el día que contrajeron matrimonio.

En los avatares de la vida pasan muchas cosas y cuando las personas se enamoran se ciegan y generalmente olvidan pensar con los pies sobre la tierra.

Un pensamiento es el de uno y otros pensamientos los del compañero o compañera. Cuando la relación comienza a fallar, la persona más involucrada se siente decepcionada, traicionada y  siente que el mundo se cae y no puede hacer nada para detener la caída de ella con ese mundo de fantasía que había construido mental y emocionalmente.

Cuando la persona ama siempre tiene la ilusión de un cambio, recuerda las contadas cosas buenas y olvida las malas experiencias que vive en su día a día con su pareja a la que ama y con la  cual tiene un adicción e intenta creer que hay amor donde no hay más que malos tratos y abuso.

De pronto la pareja está tomando decisiones sin consultar, en otro momento ve los cambios de conducta y cuando llega un día le pide el divorcio y se separa sin ningún remordimiento de conciencia.


¿Cómo distribuir los huevos en varias canastas o dejar fuera algunos sin caer en desatinos?

Para evitar estos desatinos y colocar los huevos en varias canastas que sean provisiones para épocas de escases y problemas de pareja se debe ser sabio.

Esto no quiere decir que se debe vivir pensando en estas situaciones siempre; pero ser precavidos y mantener una pequeña autonomía emocional y económica es una buena prevención para evitar estos desastres amorosos, que pueden llevar a una persona a extremos de dolor y sufrimiento insospechados.

Se deben cultivar otros afectos, especialmente los familiares, tratando de mantener relaciones armoniosas y de crecimiento espiritual constantemente.  Es algo que ayudara a sobrellevar los pesares de la vida y también los traumas causados por una mala relación. 

También debemos mantener un espacio privado en nuestras vidas. No se debe ceder todo el espacio, esto tiene el nombre de inteligencia afectiva y se debe mantener una autonomía. No ser complacientes en extremo, hacerle ver a la pareja que somos uno y que compartimos una parte de la vida y de nuestro espacio privado. Podemos tener intimidad pero no darlo todo, porque es bueno ser flexibles pero no debemos dejar que la pareja ocupe todo nuestro territorio emocional.

Aunque en ocasiones los parientes más cercanos no sean los mejores consejeros, por lo menos hay cierto sentimiento de protección y amor que pone barreras al abuso emocional del que se puede llegar a ser presa por ser demasiado confiados.

También eso dará tiempo para restaurar el fracaso y volver a tomar el control de la vida de cada uno, pensando en los nuevos caminos que se emprenderán y las nuevas decisiones para una vida de calidad, con horizontes despejados, tomando las riendas del diario vivir.